He etiquetado esta entrada como "Cantoso de la semana" pero creo que debería haber propuesto una nueva: "Cantosos del milenio".

Me entero en magonia que el domingo pasado mi "amigo" Iker Jiménez dedicó el programa Cuarto milenio al Gran Colisionador de Hadrones (LHC), donde los físicos quieren recrear las condiciones del Universo poco después del Big Bang y detectar el bosón de Higgs, que se conoce como la partícula de Dios y cuya existencia ha sido predicha teóricamente por el modelo estándar de la física de partículas. El bosón de Higgs no se ha visto todavía y de no existir obligaría a reformular esa parte del conocimiento.

Iker presentó al bosón de Higgs como: "El punto de inicio de todo lo que conocemos. Muchos dicen que es Dios. Y me estoy imaginando la fotografía, si es que se consigue ver esa partícula, en las portadas de libros y periódicos diciendo: «Éste es Dios»". Y tras esta chorrada Luis Álvarez (reportero) y Javier Sierra (novelista) no pararon de decir estupideces que José Manuel Nieves, asesor científico del programa, no corrigió en ningún momento.


Dejan entrar a cualquiera en el LHC

No entienden que llamar al bosón de Higgs la partícula de Dios es sólo una forma de hablar. Daban por hecho que el bosón de Higgs es igual a la partícula de Dios es igual a Dios, sin que nadie de la mesa sugiriera que el nombre es metafórico y no muy acertado, por cierto.

La historia del nombrecito es la siguiente: Leon Lieberman, premio Nobel de física y físico experimental de partículas, escribió un libro de divulgación titulado "La partícula divina". El título inicial iba a ser "En busca del campo de Higgs", pero el editor le recomendó un título más comercial, y decidieron bautizar al bosón virtual como "la partícula divina", por su papel fundamental para encajar la pieza que falta en el modelo estándar de la física de partículas.

La dificultad que entraña el conocimiento de la Relatividad, la cuántica y la física de partículas se ha convertido en refugio de muchos charlatanes. Ahí tenéis a Emoto y películas del tipo ¿Y tú qué sabes? que solo se pueden clasificar como bodrios. Yo no entiendo todo ese enmarañado matemático pero con un poco de información y de pensamiento crítico...

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