Poneros en situación...

Cinco horas, cincuenta y cinco minutos del día de mañana. Hora en la que llegas a tu puesto de trabajo, vas a la máquina de café agua chirri, introduces la llave mágica que si la utilizas te ahorras tres fantásticos céntimos(si no trabajais en la empresa donde me esclavizan os jodeis), osea que en vez de costarte treinta céntimos, te cuesta veintisiete céntimos. Remueves el azúcar que has seleccionado, que te echara la susodicha, y miras a tu alrededor saludando de buena gana a unos, de mala gana a otros. Y entre unos saludos y otros ignoras a los cornudos, sumisos e ignorantes.

Y de repente ves a la persona que decide todos los días, si vas a prosperar o no, si te vas a tener que bajar los pantalones muchas veces o simplemente lo van hacer encima de tu cara, obligándote además a sonreir porque hay visita de vete tu a saber que coño de cliente.

Pero hoy es un día distinto. Hoy has decidido que va a ser diferente. Al cornudo, lo has visto más alegre, más guapo, más... alto. Que ostias!! Pero si son sus cuernos los que le hacen tan... alto.

Bueno volvamos a lo nuestro. Nos dirigimos hacia nuestro supervisor y le decimos:

- Hola! guapetón. Uhhhhmmm! pero que bien hueles!!! Haber déjame!. Y te acercas a él para olerle más cerca y según le estás oliendo sacas tu lengua y le lames desde el comienzo del lóbulo de la oreja hasta el final de la misma, mientras dejas salir de tu boca un pequeño gemido de placer, tan suave y vibrante que su vello se eriza, recordando el polvo sucio y barato que le echó a su parienta el sábado por la noche todo borracho.

Entonces te separas unos centímetros de él, y colocando una de tus manos, sobre la cadera correspondiente que has sacado, como si quisieras golpear al tonto de la clase para sacarle de la fila, dices con voz muy afeminada:
- Pero que te pasa, txurri, pensaba que te iba a gustar.- Mientras, vas elevando el tono de tu voz para que todo el mundo, que no se halla dado cuenta ya, gire su cabeza hacia tu posición, y continuas.

- Vamos guapo, que bien que te gusta meterme el dedo donde tu ya sabes.- Silencio.- Sí!, que hago hoy? Quieres que barra como a ti te gusta, o me pongo a trabajar como un verdadero macho y agoto mis brazos , para que luego no te pueda sujetar por las nalgas mientras te penetro con mi vara una y otra vez, guapetón!!

Entonces cuando ves que su cara es un verdadero poema, que su boca balbucea palabras incoherentes, y su cuerpo esta temblando como una gelatina royal sabor fresa, le acercas tu brazo al hombro como hacen el noventaicinco por ciento de los pelotas y le dices seriamente y con voz normal:- tranquilo era una broma, mejor esto, que te joda la producción poniendo en contra tuya a todos los currelas, no?.-

Y te vas hacia tu puesto de trabajo, y ese día de clavo horroroso que tenías, lo has asegurado con la mayor distancia que pueda haber entre un supervisor y un subordinado.